miércoles, 27 de diciembre de 2006

Comer chicle, ¿delito?

Pues ya no, pero hasta hace poco estaba prohibido en Singapur, os dejo aquí la noticia.


Doce largos años tuvieron que esperar los habitantes de Singapur para tener acceso "legal" a los chicles.

Es que la goma de mascar había sido declarada "ilegal" por el ministro Lee Kuan Yew en 1992, luego de que se indignara por la cantidad de chicles pegoteados que tapizaban las calles del país.

Pero ahora la cosa ha cambiado, ya que los habitantes de ese país podrán comprar 19 marcas "medicinales" de chicle (como Nicorettes, una goma de mascar con nicotina que ayuda a dejar de fumar), como parte de un acuerdo de libre comercio con Estados Unidos.. Esa es la buena noticia.

Claro, porque también hay una mala: el que quiera masticar chicle, deberá registrarse - antes de que se le ocurra abrir un envoltorio - como "usuario de chicle", y mostrar un documento, tipo credencial, cada vez que quieran comprar una cajita o paquete.

En él aparece su nombre y su número de documento. En otras palabras, deben ser "consumidores registrados de chicle". Y no será nada de fácil adquirir el producto.

Habrá condiciones estrictas y controladas que se deberán cumplir. De partida, toda persona a la que se encuentre vendiendo chicles de manera ilegal puede ir a la cárcel y verse obligada a pagar una multa de hasta 5.000 dólares.

Además, la venta estará limitada a las farmacias, y los precios de algunas marcas serán más bien altos... Peor es nada.

Si los farmacéuticos venden chicles sin pedir el documento, arriesgan penas de hasta dos años de prisión y multas de 2.940 dólares.

Lo que no entiendo de esto es que si se expande el sida en Singapur (Dios no lo quiera), ¿qué harían? ¿cortar todo lo cortable para no hacer nada?, no entiendo estas soluciones extremas, si no quieres que se contagie el sida promueve la venta de condones, si no quieres que tiren los chicles al suelo pon papeleras, pero prohibir un chicle...

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